Lanzarote se define por su belleza agraria, que ha supuesto la transformación del paisaje insular con un impacto positivo, tanto para su calidad paisajística como para la cultural. Constituyendo en la actualidad algunos de los paisajes agrarios más singulares dentro de toda Europa.
Podemos diferenciar varios paisajes agrícolas dentro de la Isla dependiendo del suelo y de la técnica empleada. Estos paisajes agrícolas, perfectamente adaptados al medio, constituyen uno de los grandes atractivos de la Isla, tanto por su valor paisajístico como por el hecho de que algunos son exclusivos de esta, como son los paisajes de: La Geria, El Jable y el Malpaís de La Corona. Este último constituiría el paisaje agrícola de la zona donde nos encontramos.
En la falda del volcán de La Corona, sobre una colada volcánica de muchos metros de espesor se presentan dos modos de reconversión de estos suelos lávicos en terrenos fructíferos; los arenados artificiales en malpaís, y los viñedos sobre colada volcánica.
Destacar la presencia de las tuneras cultivadas en algunas partes de la finca junto a la vid. La tunera actúa de cortaviento, retiene humedad durante la noche, mejora el suelo con sus raíces y además capta radiaciones solares, que cede al ambiente durante la noche.